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Comunidad USACH participa de talleres que conjugan arte y resistencia

En noviembre el equipo PACE de la Universidad de Santiago participó de un cabildo autoconvocado. De allí nació la comisión “Arte y Bienestar”, dirigida por profesionales del área de Gestión Personal. Entre sus iniciativas destacan el “Emocionómetro” dibujado en el frontis de la USACH y el taller “El cuerpo movilizado” en las inmediaciones del PAIEP. Ambas se pensaron como espacios de re-conocimiento mediados por el arte, en función del acontecer nacional.

La primera iniciativa del comité de “Arte y Bienestar” fue el “Emocionómetro”. Un dispositivo artístico trazado con tiza en el suelo del frontis de la Universidad, que albergaba bajo su título un listado de emociones como miedo, rabia, impotencia, esperanza y alegría. Las y los transeúntes dibujaban un cuadrado al lado de cada categoría, según lo que sentían. La segunda, fue el taller “El cuerpo movilizado”, iniciativa que conjuga técnicas del teatro, procesos de imaginería y la construcción de un cadáver exquisito, también orientado al re-conocimiento de emociones de la comunidad con la que se vincula el PACE.

El “Emocionómetro” buscaba obtener una imagen del interior de una comunidad ineludiblemente afectada por la revuelta social y sus efectos. Como señala Felipe Cares, profesional del área de Gestión Personal, este dispositivo buscaba “medir las emociones, algo que no se puede hacer en la realidad, pero que permite el mecanismo artístico a través de la tiza como material”.  Por otro lado, “El cuerpo movilizado” buscaba “generar reflexión de la realidad del país a través de conceptos como violencia, comunidad, dignidad, normalidad, injusticia; considerando cómo se vive desde la subjetividad”. En ambos casos, el cuerpo y sus sensaciones ocupan un lugar fundamental.

En su conjunto, las estrategias buscaban que las personas se re-conocieran gracias al arte como dispositivo mediador. La actriz Viviana Inzunza afirma que en estas iniciativas ve la posibilidad de “dar un espacio de contención, de escucha activa a la comunidad, un espacio para ver qué pasa con el cuerpo, con nuestras emociones, con nosotros”. Como complemento, Felipe Cares señala que estas también “desarrollan el pensamiento crítico, formas de opinar distintas, una forma de comunicarse distinta, más sencilla, que se asemeja a los rayados de las paredes del país”. De esta manera, el arte se transforma en un dispositivo de comunicación que permite a las personas mirarse y mirar a otros.

Al reflexionar sobre el acontecer nacional y las iniciativas del comité de “Arte y Bienestar”, Cares identifica como uno de los principales desafíos del PACE-USACH el introducir y trabajar el lenguaje artístico junto a los estudiantes a través de talleres y proyectos de mediación cultural. Esto, porque el arte permite “comunicarse de manera distinta, sencilla, permite generar opiniones y reflexiones desde una simbolización no intelectualizada, más atingente a la realidad nacional”. De esta forma, el trabajo junto a las comunidades educativas, desde dispositivos artísticos, se transforma en una forma de abordar las vivencias que implica la protesta y descontento social, así como el re-conocimiento de la idea de comunidad.